Camino de Santiago Etapa 10/17: Carrión de los Condes – León
Distancia 2127_79a83a-a4> |
95,37 Km 2127_8b0898-52> |
Desnivel acumulado 2127_cc963d-23> |
+562 m aprox. 2127_114143-55> |
Tiempo en movimiento 2127_7a7c03-af> |
4h 52 min. 2127_e1a710-c2> |
Velocidad media 2127_ea825c-83> |
19,6 km/h |
Track 2127_834985-7f> | 2127_fd1751-5f> |
Dureza (Escala de dureza) 2127_eb3fb9-e3> |
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Salimos con las primeras luces del día, conscientes de que nos esperaba una jornada larga en comparación con las anteriores. Notábamos cómo, al avanzar hacia el oeste, los amaneceres eran más tardíos que en Esparreguera, aunque las tardes se alargaban un poco más.
Los primeros kilómetros transcurrieron por una carretera tranquila, con muy poco tráfico, paralela a una estrecha senda de tierra por la que de vez en cuando aparecía algún peregrino a pie. Optamos por pedalear sobre el asfalto: así avanzábamos más rápido y no molestábamos a los caminantes. Alrededor del kilómetro 18 llegamos a Calzadilla de la Cueza (Palencia), donde paramos en una terraza a desayunar; ese día habíamos salido con el estómago vacío y necesitábamos recargar energía.

Con las pilas repuestas, continuamos hacia Sahagún, avanzando paralelos a la N-120 por una senda ciclable, ya que la carretera tenía algo más de tráfico que los caminos anteriores. Apenas nos detuvimos cinco minutos en Sahagún; Raúl prefería mantenerse en movimiento para evitar que las molestias musculares empeorasen.
El sol de agosto caía implacable, y la meseta parecía fundirse bajo su calor, pero la motivación era enorme: León nos esperaba, y con ella la posibilidad de recorrer sus calles y disfrutar de un merecido descanso. Allí pasaríamos dos noches, dejando un día libre de pedaleo para recuperar fuerzas tras diez jornadas consecutivas de Camino.
Antes de llegar a León, cruzamos Mansilla de las Mulas, un nombre que siempre nos hace sonreír. A Raúl le trae buenos recuerdos de un Camino anterior con amigos de la universidad, cuando disfrutaron de un menú del día espectacular. Esta vez, sin embargo, era demasiado temprano para comer y seguimos camino hacia la ciudad.

La entrada a León se convirtió en una auténtica aventura. Primero nos desviamos hacia un polígono industrial, donde tuvimos que cargar el tándem atravesando una valla para continuar. Sin darnos cuenta, subimos hasta la urbanización Las Lomas, un nombre que no podían haber elegido mejor. Desde arriba, la ciudad se veía justo delante de nosotros… pero solo había monte entre medias. Preguntamos cómo llegar y nos dijeron que existía un camino, aunque no estaba pensado para un tándem, y menos cargado con alforjas.
Después de dudarlo un instante, decidimos probar suerte. Lo que siguió fue un descenso vertiginoso entre piedras y surcos con un desnivel de miedo. Aún nos sorprende cómo los transportines y las alforjas aguantaron en su sitio y el tándem no se desmontó. Llegamos a la ciudad en un abrir y cerrar de ojos, aunque en el caso de Judith fue literal: los cerró al inicio de la pendiente y hasta abajo no se atrevió a abrirlos.

El final de la etapa fue el más emocionante hasta el momento: adrenalina pura, alivio y una gran ilusión por descubrir León. Comimos en el restaurante del hotel y, tras descansar un par de horas, Raúl recibió la segunda sesión de fisioterapia del Camino. El tratamiento de electroestimulación intramuscular pareció ser increíblemente efectivo, aliviando el dolor casi por completo. Aún así, no nos atrevimos a cantar victoria; quedaban por delante jornadas muy exigentes como la subida a la Cruz de Ferro, el mítico Alto do Cebreiro y el temido rompe-piernas de Galicia.
Alojamiento
Pasamos dos noches en el Hotel Spa QH Centro León. Se trata de un alojamiento de un nivel superior a todos los que estuvimos durante la aventura. Además dispone de un Spa dónde poder recuperarse de los esfuerzos que conlleva estar 10 días pedaleando.
Nuestras recomendaciones
- Calzadilla de la Cueza: Descansa en sus terrazas y recarga fuerzas antes de continuar. Pasea por sus calles tranquilas y disfruta del ambiente típico de la meseta castellana.
- Sahagún: Visita sus iglesias mudéjares y conventos históricos, como la Iglesia de San Lorenzo o el Convento de San Francisco. Ideal para admirar el patrimonio jacobeo del municipio.
- Visita la impresionante Catedral de León, famosa por sus vidrieras y su arquitectura gótica. Es uno de los emblemas imprescindibles de la ciudad.
- Recorre la Basílica de San Isidoro, conocida como la “Capilla Sixtina del Románico”, y pasea por el casco histórico para disfrutar del ambiente de tapas y restaurantes locales.
