Canal Garona, Du Midi y EV8: 10/10 Sant Celoni – Esparreguera

Distancia

88.22 km

Desnivel acumulado

+722,4 m aprox.

Tiempo en movimiento

4h 46 min.

Velocidad media

18,47 km/h

Track

Wikiloc o komoot

Dureza (Escala de dureza)

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Llegó el último día. La décima etapa y el décimo día pedaleando desde Burdeos para completar una ruta que llevábamos mucho tiempo soñando. No queríamos demorarnos, así que nos despertamos temprano con la idea de salir pronto y estar en casa para la hora de comer. A eso de las 8:30 h ya estábamos rodando fuera de Sant Celoni.

Carril bici del río Ripoll.

Al salir de la población retomamos la pista que discurre paralela a la autopista AP-7, en dirección sur. Tras unos pocos kilómetros, el track nos desvió por la carretera BV-5301, para luego adentrarnos en una pista de tierra con bastante pendiente. Tuvimos que apretar los dientes para no poner pie a tierra. Por suerte, esa fue la subida más exigente del día.

Bordeamos Llinars del Vallès y Cardedeu, y más adelante cruzamos Granollers y Montmeló, aprovechando el paseo fluvial del río Besòs, hasta llegar a Montcada i Reixac. Esta zona es ideal tanto para caminar como para pedalear, aunque era la primera vez que la recorríamos en bici.

A la altura de Montcada enlazamos con el río Ripoll y seguimos alternando carril bici, pistas fáciles y algún sendero con terreno algo más irregular (aunque sin complicaciones), hasta llegar a Cerdanyola del Vallès. Allí dejamos atrás el río Ripoll, cruzamos el núcleo urbano y continuamos por Sant Cugat del Vallès.

Sendero junto al río Ripoll.

En esta etapa atravesamos algunas de las poblaciones más grandes de toda la ruta. Se nota el aumento de densidad urbana y la reducción de espacios verdes, pero al seguir los cauces de los ríos pudimos escapar del ruido y disfrutar de un entorno más tranquilo y fresco.

Para la recta final, enlazamos con el río Llobregat, una zona que conocemos muy bien. Desde Sant Andreu de la Barca subimos hasta Martorell por una pista en muy buen estado. Allí termina el tramo fluvial y, desde ese punto, tuvimos que continuar por carretera: la BV-1201, más conocida por aquí como la carretera de les Carpes, nos llevó hasta Olesa de Montserrat.

Pont del Diable (Martorell).

Cruzamos Olesa por su avenida principal y nos dirigimos hacia la Colònia Sedó, donde tomamos la carretera que sube a Esparreguera, nuestra última subida. Son poco más de 3 kilómetros y unos 100 metros de desnivel y tenemos cada giro memorizado: suele ser el final habitual de nuestras rutas de entrenamiento, así que sabemos lo que se siente al llegar con el depósito en reserva. Sin embargo, ese día fue distinto. A pesar del cansancio y del peso del equipaje, subimos como un cohete: la emoción de tenerlo tan cerca y de sentir que lo habíamos logrado nos empujaba. Y casi sin darnos cuenta, teníamos frente a nosotros el majestuoso campanario de Esparreguera.

Campanario de Esparreguera: Iglesia parroquial de Santa Eulalia

Se trata del segundo campanario de parroquia más alto de Cataluña, midiendo 63 metros hasta su parte más alta. Se construyó en el año 1587, aunque durante la primera guerra carlista fue ocupada por las tropas isabelinas y se utilizó como cuartel. A finales del siglo XIX fue reconstruida y se abrió nuevamente al culto, pero debido a los grandes destrozos sufridos a causa guerra civil española, tuvo que reconstruirse nuevamente un tiempo después.

Llegamos justo a la hora de comer, tal como nos habíamos propuesto. Por la tarde, tocó ordenar el equipaje y descansar. Por fin habíamos cumplido uno de esos objetivos que tantas veces habíamos imaginado. Apenas habíamos terminado… y ya empezábamos a soñar con la próxima aventura.

Alojamiento

Ese día llegamos a casa y ya sabéis que «como en casa en ningún sitio», ¿será cierto?

Nuestras recomendaciones:

  • Es muy recomendable seguir las vías ciclables marcadas en el track, especialmente los tramos junto al río Besòs, el Ripoll y el Llobregat. Son caminos agradables, seguros y bien adaptados para circular en bicicleta, ideales para atravesar zonas urbanas sin estrés. Aunque esta última etapa atraviesa muchas poblaciones, la mayoría cuentan con infraestructura ciclista, como carriles bici, lo que facilita mucho el desplazamiento y permite evitar el tráfico más denso.
  • Un aspecto positivo de pasar por tantas localidades es que nunca faltan opciones para parar y reponer fuerzas. Encontrarás numerosos bares, cafeterías y restaurantes donde descansar, comer algo y recargar energías para seguir pedaleando.

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