Canal Garona, Du Midi y EV8: 7/10 Narbonne – Argelès

Distancia

89.4 km

Desnivel acumulado

+218 m aprox.

Tiempo en movimiento

4h 47 min.

Velocidad media

18,64 km/h

Track

Wikiloc o komoot

Dureza (Escala de dureza)

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Alternando carretera y carril bici.

Salimos de Narbonne siguiendo el canal por el que entramos el día anterior, el Canal de la Robine, en dirección sureste. Ese día, el sol nos acompaña desde primera hora y nos sienta de maravilla; ya lo echábamos de menos. A pocos kilómetros, llegamos y cruzamos el parque natural regional de Narbonnaise. Este parque, situado en la Costa de Languedoc abarca una amplia zona de humedales, lagunas, dunas y playas, creando un hábitat ideal para una gran variedad de especies de aves, peces y plantas. Es un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza, el senderismo y la observación de aves, ya que ofrece rutas tranquilas y vistas impresionantes del mar y los ecosistemas que lo rodean

Cruzamos esta zona en abril de 2025 y el camino estaba en obras, siendo la única vía que atraviesa la zona. Nosotros pudimos pasar entre la maquinaria y los obreros, pero si no hubiera sido posible, habría que haber dado un gran rodeo (prácticamente volver a Narbonne), ya que el camino consiste en una pequeña lengua de tierra entre humedales y lagunas.

Una vez superado ese susto, llegamos a Port-la-Nouvelle, un pequeño pueblo costero, ahora sí, a orillas del Mar Mediterráneo. Desde ese momento, seguimos las marcas del EuroVelo 8 siempre hacia el sur, paralelos a la costa.

A partir de este punto, la mayor parte del recorrido lo realizamos por carreteras secundarias y carriles bici, prácticamente todo el terreno está asfaltado. Aunque el camino no tiene pérdida y con el GPS y las señales del EV8 es difícil perderse, el trazado no es tan evidente como en las etapas anteriores, donde los canales te guiaban en todo momento.

Sin darnos cuenta, llegamos al precioso pueblo de Leucate, donde paramos a hacer un pequeño descanso y reponer energías. No lo conocíamos, pero había bastante ambiente en la zona y nos sorprendió gratamente la belleza de sus calles.

Desayunando en la localidad de Leucate.

Unos kilómetros más adelante, llegamos a Le Barcarès, una localidad famosa por su gran mercadillo navideño. En Semana Santa, cuando pasamos nosotros, la población no parecía despertar demasiado interés como destino turístico.

Junto a la calle principal de Leucate.

Luego, pedaleamos a orillas del Mediterráneo, dejando a nuestra izquierda algunas playas doradas con amplios arenales, dónde se intuía una práctica frecuente de deportes náuticos. Esto puede tener una lectura positiva o negativa, dependiendo de la dirección del viento ese día y hacia dónde te dirijas. En nuestro caso, salió cruz: el viento soplaba con fuerza en contra y durante los últimos 20 kilómetros nos dificultó el avance. Aunque el terreno era favorable, tuvimos que apretar mucho los pedales.

El viento en contra no borra la sonrisa.

Finalmente, tras casi 90 kilómetros, llegamos al Hotel Le Pescadou en Argelès. Justo al parar, nos dimos cuenta de que habíamos pinchado: la rueda trasera estaba prácticamente desinflada. Nos preguntamos si realmente hacía tanto viento o si la poca presión nos frenaba. Probablemente fue la suma de ambas cosas. Rápidamente cambiamos la cámara y verificamos que no había ningún desperfecto adicional: fue un pequeño pellizco que no afectó a la cubierta.

Arreglando el pinchazo.

Después de comer y ducharnos, dimos un paseo por el pueblo. Nunca habíamos estado antes y nos sorprendió el ambiente y la cantidad de comercios abiertos. Nos llamó especialmente la atención la cantidad de heladerías, ¡y lo grandes que eran! Podrías pasar más de una semana comiendo un helado diario en la zona sin repetir establecimiento, cada uno con decenas de sabores diferentes. Además, aunque la zona comercial se limita a dos calles principales y algunas pequeñas que las conectan, hay muchos bares y restaurantes para comer, cenar o simplemente tomar un refresco frente a la playa.

Alojamiento

El Hotel Hotel Le Pescadou es bastante básico, aunque su ubicación es buena. La habitación y el baño tienen un tamaño justo, pero las instalaciones son algo antiguas y la insonorización podría mejorar. El personal fue muy amable y nos permitió dejar el tándem en un pequeño cobertizo frente al hotel.

Nuestras recomendaciones:

  • Antes de comenzar la ruta, intenta verificar si el camino entre Narbonne y Port-la-Nouvelle está en obras y si se puede recorrer sin problemas. Nosotros pudimos pasar por los pelos, pero si está cortado a medio camino, tendrás que dar un gran rodeo y volver sobre tus pasos.
  • La zona suele tener viento moderado o fuerte de manera habitual. Sería recomendable revisar la meteorología y, si puedes, adaptar los horarios para evitar o minimizar el viento en contra. En nuestro caso, adelantamos un poco la salida, ya que la previsión indicaba que la fuerza del viento aumentaría durante el día, y así fue.
  • Para cenar, probamos unas hamburguesas enormes en el restaurante L’ Escalier. Es un lugar ideal para recargar energías después de una jornada de pedaleo.

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