Canal Garona, Du Midi y EV8: 9/10 Camallera – Sant Celoni
Distancia 1351_f7220b-f3> |
84.65 km 1351_47a901-f9> |
Desnivel acumulado 1351_bc2e92-68> |
+504,3 m aprox. 1351_63ab68-7a> |
Tiempo en movimiento 1351_4f2b37-8d> |
4h 28 min. 1351_f272a1-14> |
Velocidad media 1351_729447-ad> |
18,9 km/h 1351_2fa35c-a0> |
Track 1351_580d32-29> | 1351_c93e9f-bf> |
Dureza (Escala de dureza) 1351_7ec7be-e3> |
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La penúltima etapa de este viaje comenzó ya en la provincia de Girona, en el pequeño pueblo de Camallera, que no alcanza los 700 habitantes.

Desde allí pusimos rumbo a Girona, combinando tramos de pistas en buen estado con carreteras secundarias. Poco a poco íbamos adentrándonos en territorio gravelero: en los últimos años, la modalidad de gravel se ha popularizado enormemente, y Girona ofrece un sinfín de caminos ideales para este tipo de bicicletas.
Entramos en la capital por el norte, siguiendo el curso del río Ter. Merece una mención especial la Ruta del Ter, un itinerario que recorre el río, prácticamente en su totalidad por pistas ciclables, desde su nacimiento, en los Pirineos, hasta su desembocadura, en el Mediterráneo.
Cruzamos Girona de norte a sur utilizando los carriles bici, aunque no pudimos evitar detenernos unos minutos para capturar algunas imágenes de sus calles y puentes, donde se respira historia y cultura en cada rincón. Girona merece una visita pausada, sin prisas… pero como casi siempre vamos a contrarreloj, continuamos nuestro camino. Por suerte, vivimos cerca y ya hemos tenido ocasión de disfrutarla con calma.

A la salida de la ciudad nos esperaba una grata sorpresa: nos encontramos con nuestro amigo Zeus, que vive por la zona. En cuanto supo que pasaríamos por allí, no dudó ni un segundo en unirse a nosotros. No solo nos acompañó, sino que además nos salvó el día regalándonos cuatro geles energéticos (nos venían de maravilla, ya sin polvos isotónicos) y una cámara de repuesto, algo fundamental un domingo, cuando encontrar una tienda abierta es prácticamente imposible.

Pedaleamos juntos el resto de la etapa. Zeus nos guió por una pista preciosa cerca de l’Estany de Sils y nos hizo de liebre en varios tramos de carretera poco transitados (aunque nos llevó con la lengua fuera, todo hay que decirlo).
Durante buena parte del recorrido fuimos rodando en paralelo a la autopista AP-7, a veces por el lado derecho, otras por el izquierdo, hasta llegar a la localidad de Sant Celoni. Allí los tres nos sentamos a comer y a compartir un buen rato de risas antes de despedirnos. Zeus volvió a casa, y nosotros nos dirigimos al hotel, donde una ducha caliente nos esperaba con los brazos abiertos.
Por la tarde, dimos un paseo por el casco urbano y disfrutamos de una merecida merienda. Más tarde, para cerrar el día, cenamos unas deliciosas pizzas: necesitábamos reponer energías para afrontar la última etapa del viaje.
Alojamiento
Hicimos noche en el Hotel Sant Celoni. Se trata de un hotel sencillo, cómodo y con un buen mantenimiento de las instalaciones. Pudimos guardar el tándem en el mismo garaje del hotel.
Nuestras recomendaciones:
- Si tienes tiempo, te recomendamos dedicar unas horas a visitar la ciudad de Girona. Incluso podrías planificar el viaje haciendo noche en la capital, ya que merece una visita sin prisas. En Girona podrás cruzar el río Onyar por sus diferentes puentes, cada uno con su estilo y encanto: el Pont de pedra, el Pont de les Peixateries Velles, el Pont de Sant Agustí, entre otros…). También te recomendamos callejear el casco antiguo, alrededor de la Catedral, con su preciosa escalinata, y el barrio judío. En nuestro caso, como vivimos a apenas una hora en coche y ya la hemos visitado en varias ocasiones, esta vez preferimos seguir ruta. Además, por logística de tiempo y distancia, no nos encajaba quedarnos a dormir allí.
- Y si pasas por Sant Celoni y te gusta la magia, no puedes dejar de visitar Hagrid’s Café. Es un bar/restaurante con temática Harry Potter donde sirven desayunos, comidas, meriendas y cenas… ¡lo hacen todo! Muchas de sus propuestas son de elaboración propia, y la verdad es que nos sorprendieron gratamente (sobre todo a Judith, que es fan incondicional del universo HP). Además, si te apasionan los juegos de mesa —como a nosotros—, vas a disfrutar como un niño: tienen un montón disponibles para los clientes, así que puedes pasar un buen rato echando unas partidas mientras te tomas uno de sus deliciosos batidos o un cóctel bien elaborado. Sin duda, un lugar muy especial que vale la pena descubrir.
