Quiénes somos

Judith (la fogonera)

Es la más aventurera de los dos y se atreve con todo, no tiene miedo a enfrentarse a ningún puerto y cree que puede subir cualquier cuesta que se le ponga por delante (y probablemente tenga razón, su tenacidad no tiene límites…).

Por muchos viajes que haga y mucho frío que pase, siempre le falta alguna capa de ropa, aunque se autoconvenza de que a la próxima se llevará alguna prenda extra. ¿Cuándo crees que por fin aprenderá?

Raúl (el piloto)

Es un apasionado del mundo de la bicicleta desde que era un enano. Se encargó de engañar a Judith a los pocos meses de conocerla para comprar una bici y aventurarla en el mundo del cicloturismo.

Se pasa horas investigando caminos y posibles recorridos para conseguir unas etapas equilibradas entre esfuerzo, belleza, seguridad y diversión. Luego se pregunta: «¿Vale la pena? Con lo que me gustan los atajos campo a través…»

¿Cómo se nos ocurrió empezar a viajar en tándem?

La idea se acabó materializando en marzo de 2021, cuando decidimos comprar y darle una segunda vida a este precioso tándem.

Primera salida en marzo de 2021

No os vamos a engañar… esa primera salida fue un auténtico desastre. La forma física no acompañaba, la posición en la bici era incómoda y, para colmo, nos excedimos en el kilometraje para ser nuestro primer día. El dolor de culo fue tan intenso que tuvimos que volver en tren a casa, dejando atrás una experiencia que parecía no tener futuro. Sin embargo, decidimos dejar esa mala impresión en el pasado y seguir intentándolo. Pronto nos dimos cuenta de que había algo especial en esta forma de pedalear, algo que nos llamaba a seguir adelante.

Tras algunos ajustes (cambiamos el manillar, la potencia, los sillines, los pedales…) la sensación cambió por completo. La comodidad aumentó, la seguridad también, y la eficiencia en cada pedalada se hizo evidente. En pocas salidas, logramos captar esa chispa que nos había motivado desde el principio: la posibilidad de compartir el esfuerzo y la motivación, de sentir juntos la velocidad y la emoción y el poder comunicarnos en todo momento.

Y fue así como empezamos a soñar con algo más grande: combinar esta pasión con nuestra mayor ilusión, ¡viajar! Ese mismo verano, nos lanzamos a hacer el Camino de Santiago. Llenamos las alforjas, partimos desde casa, en Esparreguera, y cruzamos la península en un viaje que nos marcaría para siempre. Cada pedalada, cada paisaje, cada momento compartido quedó grabado en nuestra memoria, recordándonos que, incluso en los comienzos más difíciles, la perseverancia y la pasión abren caminos increíbles.